Me considero un anti poeta. Un tipo cansado de los estúpidos estereotipados, de esos prototipos de periodista en envases prefabricados. Mi principal enemigo es el cliché y por lo general soy amigo de la mentira, siempre y cuando construya una ficción al menos seductiva y útil. La mayoría de mis textos son producto de un resentimiento injustificado que disfruto de vomitar en mis escrituras. Me molesta la gente activista, la gente religiosa, la gente con ideologías rígidas o la gente que disfruta de decir que esta loca.
Me producen distintos tipos de reacciones alérgicas la cumbia y la cultura tumbera o de la calle, los nazis y los trotskistas de partidos políticos con banderas rojas.
En Irlanda se le dice Gonzo a aquel que es el último en caer victima de la embriaguez en una ronda de shots. Él es el portador de lo ocurrido al día siguiente pero lo escencial de su historia, es su protagonismo. La objetividad no existe, para qué alejarse del objeto de estudio si es a lo único a los que nos queremos acercar.
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