¿Quién querría convertirse en el máximo exponente de la maldad, convertirse en el mismísimo Lucifer y que la sociedad le de la espalda por hacer lo que se le antoje? Yo. Yo quiero eso, y gracias a miles de años de historia teológica, hacer lo que uno quiere esta mal visto.
La idea del Diablo como ente es exactamente igual de estúpida a la idea de la de un dios, únicamente que me siento más identificado con ella. Teóricamente uno es bueno con Dios si cree, si no creyera, sería malo. ¿Por qué? Porque lo opuesto a creer, es pensar. El Diablo entonces piensa, por lo tanto muchas veces me siento demasiado satánico.
¿Qué ser arriesgado podría arrojarse a éste mundo sólo, sin un ser superior que lo guíe y lo lleve por las huellas de rebaños anteriores? Yo, nuevamente.
No estoy loco, no soy un hereje, no soy un asesino, un ladrón, un mentiroso, no soy el anticristo y ni siquiera me interesa que me relacionen con nada por el estilo. Simplemente, no delego mi vida, no delego mis capacidades. Soy yo, o al menos busco eso y no creo que nunca me termine de encontrar. No delego tampoco mi responsabilidad conmigo, no junto las manos para pedir ayuda, para pedir perdón, para pedir que me pongan de vuelta en la ruta. Eso lo hago yo.
Es verdad que es difícil, porque la realidad es dura. El ser humano es cobarde, yo soy cobarde y me encantaría poder creer en algo para no estar TAN a mi cargo. La idea de la mano mágica que nos ayuda es un atropello a nuestro autoestima, ¿porqué pasarle comisión a otro ente por las propias cosas que uno realiza? ¿Cómo se puede ser tan desagradecido con uno mismo?
Eso no es amarse, eso es despreciarse por completo, delegar hasta los éxitos personales. La religión nos genera una suerte de odio, de culpa y de rencor con nosotros mismos, NOSOTROS arrancamos de cero haciendo las cosas mal. Ellos prefieren llamarlo “pecado original”. ¿Cómo se puede amar a otro sin amarse a uno primero? ¿Cómo convivir en una sociedad pacífica si no nos amamos entre nosotros?
Me gusta hablarle a los religiosos del universo como la plantilla de canales de DIRECTV, y de Dios como Gerente de Programación. En la televisión satelital, hay una infinita cantidad canales: en algunos hay naturaleza, en otros hay guerra, en otros hay tecnología, en otros se mezcla todo, en otros no hay nada. Yo creo que en el planeta Tierra hay de todo, pero el gerente de programación se cansó del quilmbo.
Nuestro canal es un caos, y lo van a cerrar por falta de rating. Pero nosotros, desesperados, pensamos que los escándalos llaman la atención, y las principales religiones monoteístas son como Natalia de Negri y Samanta Farjat que se pelean sin causa, se matan entre ellas para mostrarle al más grande cual tiene razón.
Yo por lo pronto te invito a ser Dios. Te invito a creer en que yo, tú, nosotros, vosotros y ellos podemos juntos pero solos. Sin ÉL. Total, ya no nos da bola. Además, si nos vamos al Infierno, vamos a estar todos juntos y podemos armar una linda partuza. Quédate tranquilo
No hay comentarios:
Publicar un comentario