Y sí. La pifié mal.
No soy un escritor frustrado, un abusador del adjetivo, y diccionario de sinónimos ni un laberinto de definiciones. Sí soy un mentiroso compulsivo, un ficcionalizador crónico… Un cineasta de la realidad.
Pero no me masturbo con mi narrativa, ni me jalo el pene mientras dejo fluir mi habilidad para redactar como hacen ellos.
Tampoco me interesa la objetividad. En primer lugar porque no creo que exista. La veo como un mandamiento cristiano para un ateo. En segundo, porque me gusta opinar y relatar, pero no describir al pie de la letra.
No soy preciso con fechas, ni con edades, ni lugares de nacimiento, porque me parecen banalidades. Como la edad, ¿a quién coño puede interesarle algo tan relativo como eso si hay chicos de 12 años que ya mataron y son padres, y del otro lado adultos de 23 que nunca tuvieron sexo, esperando al matrimonio, y todavía no tuvieron su primer trabajo?
La vida se mide en experiencia, no en años.
No se usar el punto y coma, y odio pensar sinónimos de “decir”.
“Odio el periodismo”, manifesté, puntualicé, exclamé, me quejé, aclaré, BLABLABLA.
Una psicóloga mía una vez me dijo que era adicto al poder y que por eso había elegido la información, o el acceso a ella, como profesión. Era una imbécil, pero no sólo me definió bien a mi, sino a todos mis colegas.
Pero mi problema no es que ésta no sea mi profesión, sino que no tengo ninguna. Ahora escribo, pero porque elegí hacer esto en vez de pegarle una trompada a la pared y putear al cielo.
Para mi escribir es escupir mirando al techo. Lo hago todo el tiempo, y por suerte, la mayoría de la vez nadie me ve…. Ni me lee. Por lo que idiotez de hacerlo termina siendo como es árbol que cayó en el desierto, pero no hizo ruido porque nadie lo escuchó.
¿Pero saben que me molesta más?
EL SNOBISMO. Si. Esa gente estúpida que le gusta decir que es periodista, y lo grita. Porque es verdad: el común de la gente, del “pueblo”, es tan tonta que piensa que ser periodista es ser importante. Imbéciles. De todos los periodistas que conozco, el 98% o no sabe hablar, o escribir, o pensar, y
Porque es así, mi querido amigo, VOS tuviste la mala suerte de que ellos elijan ser PERIODISTAS, jornaleros, predicadores de su opinión sobre la actualidad. Anónimos desinformadotes, hijos de puta de profesión. Creídos que sonríen porque saben que manejan uno de los elementos más importantes del orgullo del ser humano:
Pero estos periodistas SNOB, que les gusta mostrar su anecdotario, su amplia biblioteca, su grosa trayectoria no son más que pura nada. No deberían sentirse nada, cuando pasaron su vida siendo simplemente un “MAL MEDIO”, entre lo ocurrido y el que desea saberlo. Una simple vía, disfrazada de inocente, pero cuya máscara se esconde el homicida… Aquél que cometió el crimen de darle la forma deseada al hecho pero con el sello de la mafia. Ese sello que dice “que parezca un accidente”. Que no se note lo que ocurrió, cómo lo viste… Qué pensaste.
Recortar, editar, citar, sacar de contexto, selección de información, elección sólo de los números que corroboren la tesis del autor. Eso es sólo parte del arsenal. La fotografía que acompaña y el título son la artillería pesada. Y la bomba nuclear, aquella que pretende finalizar con la guerra… ES
“
JAJAJA
Qué habilidad hay que tener, y que estúpido es el receptor que nota. El periodismo es un creador de monstruos.
Un personalizador de la nada. “
De verdad, me da pena que muchos periodistas deban ser la cámara de una película de la que quieren participar, y se vean limitados a ver como manipular las sensaciones del televidente con un foco.
Por eso, para todo el público, les regalo un Primerísimo Primer Plano mío, defecando sobre la tapa de su diario preferido.
Un lindo ejemplo de lo que deberías hacer vos, cuando veas mi película.
Selah.
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