domingo, 9 de mayo de 2010

Y yo que quería ser periodista

El momento más lindo para escribir es el momento de furia, rencor o enojo. Ahí donde haya alguna pasión en el medio, sino no vale la pena. En el sentido egoísta de la cuestión, claro. En momentos así, tengo la impaciencia y una necesidad imperante por escribir, soy como un colectivero en su último recorrido. Irrespetuoso e incoherente, y probablemente cuando llegue a la estación me arrepienta de la mayoría de mis últimas maniobras. Pero por lo menos habré llegado, con o sin culpas, para bien o enfermedad, llegué.

Pienso en que alguien me podría pagar por escribir así. Pero a medida que pasa mi vida pienso que quizá, como profesión, elegí un hobbie poco rentable. Cuando comencè todavía no era así, pero ahora pienso... ¿A quién puede servirle lo que yo escribo? ¿Que editor pretendería el nihilista punto de vista de un poco formado e ignoto periodista?

Llevo varios años formandome como periodista y actualmente trabajo de prensa y gano lo mismo que una empleada doméstica. ¿Qué es un prensa? El prensa manda mails y llama para ver si esos mails tuvieron un efecto. Es un lameculos conectado con "periodistas", un privilegiado círculo de requeridos magnates de las letras que deben ser bien tratados para que así se le otorgue espacio al producto/servicio en campaña.

El proceso es simple:
1) Escribir una gacetilla (un qué, cómo, cúando, dónde y porqué de lo que se quiere anunciar). Nada de adjetivos, nada de creatividad. Sólo las W's.
2) Enviarsela a una "Base de datos", éstos son contactos sacados de páginas web o de los mismos mails que ponen los periodistas de los diarios al firmar sus notas. Se los colecta, se los guarda en una planilla, y se les envía la información.
3) Se llama a ver si le llegó.
4) Se llama a ver si publicó.
5) Si publicó: se le agradece y se piensa enviar algún regalo por la atención. Si no, se lo llama de vuelta. Nunca dejar mensaje ni decir quién llama, podría tomarnos por pesados y empezar a no atendernos a propósito. "Dejá no te preocupes, lo llamo más tarde".

Eso es lo que hace un fucking Prensa, la condena de los que pensamos que podíamos escribir crónicas y relatos como Truman Capote y terminamos como un centro de presión estratégica de el máximo prototipo de ser humano: aquél que estudió periodismo y logró trabajar en él. No es Prensa, no es Comunicaciones Internas, no es Relaciones Públicas... ES PERIODISTA.

La fantasía del free lance murió junto con el paddle en los '90. Vivir hoy de la escritura de notas para distintos medios es tan insólito como pensar en la presidencia sin repartir colchones en La Matanza.

La pregunta es cómo mostrarle el talento y la capacidad a los grandes medios. El envío de sumarios no deja de ser nunca una buena opción. Sobre todo para los editores, un grupo de cerdos engreídos cuya creatividad se basa justamente en la recepción de éstos. Su casilla de mails se convierte así en una fuente de ideas gratuitas. Leo, no contesto y la idea me queda. El crimen perfecto.

Todavìa me río cuando hay gente que me dice que busca trabajo de periodista en Zona Jobs, o portales de empleo. Me parece de una inocencia digna de un escupitajo facial.

Y lo único que queda es ésto: Un estúpido y romántico blog donde festejo que muy probablemente mi profesión nunca me de mayor recompensa que un "comment" al final de un "post". Y ahí es donde me pregunto si para hacer click en "Publicar entrada" hará falta ser licenciado. Y todo me dice que no.

Y yo que querìa ser periodista. JAJAJA

Selah.

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