Las comunicaciones cambiaron mucho. Creo que antes la gente pasaba mucho tiempo en su casa, o simplemente las madres rompían menos las pelotas. Quiero decir: si hoy no le contestas el tubo a tu vieja por una hora piensa que te raptaron los alienigeanas y que te estás peleando con Alf en el centro de Melmac. Antes qué onda, ¿cómo soportaban las madres tanto tiempo sin saber que hacían sus hijos?
Tengo el recuerdo de mi vieja llamándome al fijo a de lo de un amigo, para ver cuándo volvía. Si hoy me hace eso: le pego, me haría quedar como un goma. Pero antes era normal.
Ahora, como llamar es tan común, la gente se volvió selectiva. Por ejemplo, hay gente que no le gusta atender llamadas privadas. Y si lo hacen, te atienden enojados... Como si fueras una suerte de perverso de la telefonía que llama para tener 15 minutos de cibersexo un lunes a las 11 de la mañana con un extraño.
Y después están los otros, los que reciben un llamado de alguien que no conocen. Un montón de números raros que ni el teléfono puede saber de quién son:
Recibiendo llamada
15987853214
Wooooooow.... ALGUIEN QUE NO CONOZCO ME ESTÁ LLAMANDO A MI. SI, A MI.
Y la persona se siente importante. Si está sentada con amigos, los mira y muy serio dice: “Esperen, esperen, me está llamando un desconocido... A MI, esto debe ser algo muy importante”. Y vemos que se para, se aleja y atiende. Es la madre, llamando del trabajo que tiene líneas rotativas.
Antes estas cosas no pasaban. La gente se fanatizó tanto por la conexión social que ahora hasta se erotiza con mensajes de texto. “Mandá vecinita al 2020 y te contamos que está haciendo tu vecina mientras se baña”. QUE TE PASA, loco perverso. Dejá que me asomo YO de última.
Pero lo más perverso es el de “Lo que te queremos mostrar, no te lo podemos mostrar por acá”. Pero qué robo. Eso es como ir por la calle y encontrarte con una publicidad que diga: “El producto al que deberíamos hacerle publicidad está tan bueno que no podemos hacerle publicidad, entonces andá y compralo”. No loco, no. Para algo está la tele y debería decirme qué es eso que voy a comprar. Mirá si después me llega un wallpaper de Droopy, me corto las bolas.
También tenemos la gente que “no contesta mensajes de voz”. Ay bueno, señorito “atención personalizada”. Ese tipo de gente me irrita los genitales. Mucho más todavía que el que tiene un contestador con amague. “¿Hola?..........¿Hola?.............Jaja mentira, no estoy, dejame tu mensaje”.
Ah, pero vos sos un capocomico. Dale, hace chistes que la llamada me sale gratis a mi.
Y escribiendo sobre gratis, hay gente que debería aprender que el credito, a los que sabemos cuidarlo, no nos gusta desperdiciarlo. Por eso, es inútil que me hagan llegar un “Quieren Hablarte: 1594567231 se está tratando de comunicar contigo”. Muy bien, pues que continúe intentándolo porque no pienso llamarlo para que me comente las huevadas que se que me va a contar. Peor es la gente que te tiene gratis, y que te manda mensajes de texto: Maestro, vos me tenés gratis... a mi me cobran responderte a tu poco productivo “cómo vaaa, en que estás”. LLAMAME, PARA ALGO ME PUSISTE GRATIS.
La rata que hace la llamada perdida no merece ser mencionada. Ese que te lo hace sonar tres veces, y lo atendés y del otro lado se escucha que dice: “Carajo, me atendió.....” y cuelga. RATA INMUNDA. Pasa por un kiosko y cargate 10 mangos.
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